lunes, 9 de junio de 2008

Bulimia mercantil

La palabra de moda es CRISIS, como si esto fuera una novedad en nuestras biografías comerciales. Ahora, de repente, todos estamos en crisis. Y todo por el hecho de tener que rebajar nuestras expectativas de consumo. ¿Hasta cuándo puede ser sostenible un modelo bulímico de economía? ¿Se puede engordar ad infinitum y no pensar que un día reventaremos? Nos quejamos de nuestras desgracias cuando nuestra bulimia comercial ha derivado en una crisis alimentaria que, esa sí, provoca auténticos dramas: la de los millones de personas de este planteta en el que unos pocos derrochamos, mientras que unos muchos mueren famélicos. Podemos engañarnos diciendo que la obesidad es una cuestión metabólica, de constitución, esto es, que uno no tiene responsabilidad ninguna y, por tanto, tampoco tiene parte en la solución, salvo operarse. Parece ser que en Etiopía o Somalia no hay problemas de ese estilo, lo que me hace pensar que la obesidad debe ser un problema de excesos, de abundancia desmedida, y no de algo genético. Por lo que, además de reducirnos el estómago, para el futuro tendremos que pensar en algún tipo de dieta global que permita repartir un poco los alimentos existentes. De lo contrario, la actual división mundial, ya no basada en el criterio Norte/Sur, Primer/Tercer mundo, Este/Oeste, sino una división entre Bulímicos y Anoréxicos, donde los primeros utilizamos el cereal para hacer biocombustible mientras los segundos se tragan nuestro malos humos.

Para leer más: http://www.iigov.org/ss/article.drt?edi=280072&art=284675
http://www.ucm.es/info/nomadas/5/pmendez.htm

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