martes, 23 de noviembre de 2010

SI ESTO ES UN PAÍS…

(Se questo è un paese)
RAZONES POR LAS QUE NO RENOVARÉ MI VOTO A J.L. RGUEZ. ZAPATERO

Por primera vez en mi historia democrática (iniciada en 1987), decidí renunciar a una dilatada militancia pro-abstencionista e involucrarme en el mundo del sufragio universal. Y para dicha puesta de largo, opté por hacerlo concediendo mi voto al candidato socialista D. José Luís Rodríguez Zapatero, aspirante a la reelección en los comicios electorales de marzo de 2008. Consideré que, habida cuenta de la herencia recibida del anterior gobierno, sobre todo en el plano ético, había que reforzar una apuesta que diera un paso más allá del economicismo más furibundo, de lo que Esperanza Aguirre denomina la “ortodoxia financiera”, de un mundo cada vez más despiadado, que se alimenta de la desgracia general para beneficio de cuatro privilegiados que hacen del té una fiesta.

De una manera escueta, y espero que didáctica, expongo los motivos por los cuales no volveré a depositar mi voto en una urna. Y no lo haré a favor de candidato alguno, sin temor a que me digan que la abstención favorece a la derecha: NO, el poder es de derechas, todos los poderosos son de derechas y gobiernan con y para la derecha, desde Dios hasta Rodríguez Zapatero, pasando por Barack Obama o Hugo Chávez.

Así que no volveré a votar a Rodríguez Zapatero…

- Por parecerse, cada vez más, a la peor versión del ex Presidente Felipe González e, incluso, a la versión original del ex Presidente José Mª Aznar

- Por ser cada vez más críptico en su aproximación a la mentira y por hacer de ésta un arma de difusión masiva

- Por rescatar un concepto atroz, que ya creíamos olvidado, como es el de ‘Razón de Estado’, auténtico motor del Terrorismo de Estado en cualquiera de sus múltiples variantes: ejecuciones, torturas, desmantelamiento de lo público, rescates bancarios con dinero público, justificación de crímenes de lesa humanidad…

- Por lo del Sahara y su pueril neutralidad basada en mercantiles intereses pseudos patrióticos (venta de armamento, fosfato, protección de cuatro empresas con intereses en Marruecos, PAC…)

- Por desmantelar lo poco que queda de Bienestar en nuestro territorio (¡esto no es un país!), pero mirando hacia Cuenca y diciendo que no

- Por desmantelar el sistema público, criminalizando al funcionariado como el mal mayor de un territorio desertizado

- Por hacernos creer que vivir cada vez peor es por nuestro bien: ¡todos felices en la gloria de Dios…!

- Por la constante subida de la tarifa eléctrica, bajo diferentes excusas, para único beneficio de unas empresas que, pase lo que pase, siempre ganan más y más, por menos y menos

- Por ser permisivos y condescendientes con uno de los principales sectores propiciadores de nuestra actual crisis: la banca. Ellos soportarán las pruebas de stress o de esfuerzo; nosotros, cada vez menos

Por todo ello, y probablemente por muchas más cosas que ahora no soy capaz de recordar, en las próximas convocatorias electorales –sean éstas locales, autonómicas o estatales– no asistiré a depositar mi voto, bajo ningún criterio, a ninguno de los partidos políticos que habitualmente concurren a las mismas. Ni mucho menos volveré a revalidar mi confianza hacia la figura del actual Presidente del Gobierno y más que posible candidato a la re-elección, José Luís Rodríguez Zapatero. La actual democracia no requiere de mi voto y el actual gobierno tampoco lo merece.

Dicho lo cual, y recordando al protagonista de El Show de Truman, “por si acaso no nos vemos, buenos días, buenas tardes y buenas noches”.