Este mundo ya no se divide entre ricos y pobres, norte y sur, este y oeste, rojos y azules... Ahora hablamos de anoréxicos y bulímicos. Y ambos mundos están destinados a morir: uno de hambre y otro de gordo. El primero es obvio; sin nada que echarse a la boca, 800 millones de personas de este planeta sufren a diario los problemas derivados de la escasez (suena eufemístico) alimentaria. Mientras tanto, en el llamado primer mundo, cada día se tiran toneladas de alimentos a la basura, en muchos casos sin siquiera haber abierto el envase del mismo. Y ahora nos planteamos que la obesidad es una de las nuevas epidemias. ¿Mal funcionamiento metabólico? No; exceso, abundancia, derroche, despilfarro son las causas de la gordura, sea física o sea de otro orden.
Pongamos un ejemplo: muchos clubes españoles de fútbol están en riesgo de bancarrota (ahora, procedimiento concursal). Mientras tanto, Real Madrid y FC Barcelona, siguen engordando y engordando, porque las exigencias televisivas, el entretenimiento y la publicidad lo demandan. Compiten con clubes que no llegan ni a una cuarta parte de sus presupuestos. Pero estos intentan emularles y tiran de deuda, cada vez más acumulada, que se va sedimentando en sus cada vez más precarios organismos, hasta que, al final, se empiezan a alimentar de sí mismos: autofagia. Finalmente, estos mueren, por no quedar nada más a lo que recurrir. Pero llegará el momento en que también los gordos (Madrid y Barcelona) morirán, pues tampoco habrá nadie más ahí fuera: ¿Contra qué equipos van a jugar, si ya estarán todos muertos? Morirán de gordos... ¡pero morirán!
Pongamos un ejemplo: muchos clubes españoles de fútbol están en riesgo de bancarrota (ahora, procedimiento concursal). Mientras tanto, Real Madrid y FC Barcelona, siguen engordando y engordando, porque las exigencias televisivas, el entretenimiento y la publicidad lo demandan. Compiten con clubes que no llegan ni a una cuarta parte de sus presupuestos. Pero estos intentan emularles y tiran de deuda, cada vez más acumulada, que se va sedimentando en sus cada vez más precarios organismos, hasta que, al final, se empiezan a alimentar de sí mismos: autofagia. Finalmente, estos mueren, por no quedar nada más a lo que recurrir. Pero llegará el momento en que también los gordos (Madrid y Barcelona) morirán, pues tampoco habrá nadie más ahí fuera: ¿Contra qué equipos van a jugar, si ya estarán todos muertos? Morirán de gordos... ¡pero morirán!