jueves, 4 de diciembre de 2008

Más sobre la estupidez y ETA

Si la estupidez, según el RAE, es la «torpeza notable en comprender las cosas», no cabe duda que todos podemos ser estúpidos en diferentes momentos, ya no de nuestras vidas, sino de cada día o de ciertas materias. Me pasa con la abstracción numérica, que no acierto a comprender. Pero lo preocupante es cuando dicha estupidez se aplica, digamos que transversalmente; esto es, cuando hacemos de la estupidez un estilo de vida o una constante. Este es el caso del etarra, que, al igual que el loco, lo es 24 horas al día: no tiene más rol en la vida que el de etarra / asesino. Carece de la alternancia y pluralidad básica que configura la humanidad. Dicho de otro modo, uno es padre, profesional, deportista, televidente, amigo de sus amigos, y cada uno tiene su momento. Pero el etarra, NO, él es etarra las 24 horas del día, y no es nada más. Su mundo de delirio paranoide es así. Es la estupidez elevada a la categoría diagnóstica.

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