martes, 25 de noviembre de 2008

Rouco Varela el perdonador, o Perdonator

Dice el insigne y siempre tolerante presidente de la conferencia más larga del mundo, la Episcopal, que "a veces es necesario olvidar, no por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y perdón verdaderamente responsable y fuerte". El purpurín continúa, pero con esta perla nos basta. Y es que deberíamos aprender de estos próceres de la justicia, que llevan 2000 años perdonando... perdonándonos la vida, en unos casos, bendiciendo las ejecuciones, en otros. Porque la memoria de ellos es volátil, relativa como el tiempo einsteniano: tan pronto se acuerdan de pedir perdón a Galileo como de honrar a Sor Maravillas, que debe de ser como la lluvia de Sevilla, pero no se acuerdan de todas sus commplicidades y connivencias con tantos regímenes totalitarios, no tan pasados como para no recordar.
Por otra parte, y poniéndome en el pellejo de un siempre peligroso judío como era Sigmund Freud, esa declaración de Rouco Varela tiene algo de auto-inculpatoria, casi como un lapsus: por qué apelar al olvido de lo acontecido si no es porque hay algo que sientan manchado en su cristiana conciencia. Pero, claro, tratar de razonar con un furibundo creyente no tiene ningún sentido: en última instancia, siempre los demás somos los intolerantes (yo, con la iglesia y la curia, sí lo soy)o "cristófobos", como ha dicho otro moratón, purpurín o Cardenal.
Luego tienen a su "Cardenala" CosPPedal que, con cifras en la mano, sabe que a la mayoría de los españoles, un crucifijo en lugar público no nos molesta. Pues mire usted (como dicen ustedes): gracias a la Ley Civil, y no a Dios ni a la iglesia, no importa que a la mayoría que usted apela le importe o no; lo que importa es que, sin ser mayoría, la ley también me puede amparar, cosa que no haría su siempre tolerante y eterno catolicismo.
Y además, hoy, 25 de noviembre, es el DIA DEL LAICISMO Y LA LIBERTAD DE CONCIENCIA. ¡Vaya por ustedes!

1 comentario:

catarsis dijo...

Digo yo, que si la reflexión de tal kamuraska este, pudiera gozar de mayor difusión, o al menos que alguna farmacéutica lo comercializara para ingerir una al día, para las mentes dispersas con los males propios de las distorsiones religiosas, distorsiones por diversas creencias estúpidas....y otras etiologías.