Menuda suerte tienen los gobernantes de las diferentes autonomías españolas: todo son derechos, competencias, partidas económicas, logros, hazañas y victimismo, pero ninguna responsabilidad. Si el paro disminuye, gesta autonómica, pero si éste aumenta, fracaso estatal; la sanidad es plato de buen gusto para todas las autonomías, hasta que se empieza a ver el fracaso de su privatización (encubierta) y entonces se culpa al Estado de su pobre financiación. Como eso, todo: "Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas", cantaba Atahualpa Yupanqui y ahora cantan todos los presidentes autonómicos, en clara demostración de puerilidad y capricho político por parte de unos seres insaciables e irresponsables que sólo buscan pedazos del pastel, espacios de poder. Canarias, por ejemplo: el paro en España ha subido al 10%; en Canarias, al 16%. ¿No será que los gobernantes canarios tendrán algo que decir sobre su propia política económica? Los catalanes: ahora tienen un millón más de pobladores, por lo que hay que renegociar la financiación. ¿Otra vez? ¿No se veía eso cuando reformaron el Estatut? ¿No será que la población ha aumentado en todas partes?
En fin, que las autonomías españolas son el más claro ejemplo de infantilismo democrático, de falta de previsión de futuro y de incapacidad gestora. Por mi parte, y mal que les pese a mucha gente, derogaría el estado de las autonomías, al menos tal y como está concebido actualmente. No hacen sino reproducir los históricos reinos de Taifas.
En fin, que las autonomías españolas son el más claro ejemplo de infantilismo democrático, de falta de previsión de futuro y de incapacidad gestora. Por mi parte, y mal que les pese a mucha gente, derogaría el estado de las autonomías, al menos tal y como está concebido actualmente. No hacen sino reproducir los históricos reinos de Taifas.
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