153 muertos por un trágico accidente aéreo en España o una ocupación militar en Georgia, con centenares de muertos, no hace que el Comité Olímpico Internacional (COI) permita a los atletas de dichas nacionalidades lucir crespones negros o izar la bandera a media asta, como símbolos de luto y respeto hacia sus connacionales fallecidos. El COI, organizador y máximo responsable de los juegos olímpicos y del espíritu del mismo nombre, tiene como principio el negar la muerte. Como en su día, para designar al actual organizador de los juegos, negaron las muertes que el gobierno chino provoca entre centenares de 'peligrosísimos' presos de conciencia chinos: homosexuales, monjes budistas, rateros, disidentes, etc. Gentes de mal vivir... en la China mao-capitalista.
Lo suyo -lo del COI- es la celebración de la vida, de la juventud, del espíritu deportivo, en definitiva, de la inmor(t)alidad. Y 153 pasajeros españoles muertos, varios miles de georgianos asesinados por tropas rusas o no-sé-cuántos ajusticiados chinos no van a venir a estropear esa cirugía estética infinita que son los juegos olímpicos. En la celebración de Dioniso, el poderoso Zeus -su padre- va a impedir que nadie interfiera. ¡Viva la juventud y muera la muerte!
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