miércoles, 21 de mayo de 2008

El precio del petróleo

Cada día, en la prensa, leemos una nueva excusa de los expertos financieros -también llamados brokers, especuladores, buitres o similares- para justificar el aumento desbaratado del precio del petróleo. Cuando no es la pujanza de las economías emergentes (China, India), son los ataques a los oleoductos nigerianos, el miedo al desabastecimiento, la escasez de reservas norteamericanas o las consecuencias de la flatulencia verbal del bolivariano Hugo Chávez. El caso es que el petróleo sigue desafiando las leyes de la física más cotidiana: todo lo que sube, baja, salvo el precio del barril de petróleo. Y, de esta manera, se justifica el resto de las acciones especulativas, como ocurre ahora mismo con el mercado alimentario, para desgracia de los de siempre. Por eso, vaya desde aquí mi más respetuoso y afectuoso desprecio hacia los poderosos, los especuladores, los buitres que se alimentan de la desgracia ajena, los Bushes que, con la boca pequeña piden a Arabia Saudí un aumento de la producción de petróleo para contener el alza del precio, pero con una sonrisa tipo Mona Lisa recibe las comisiones de sus amigos del petróleo que siguen acumulando pingües beneficios de sus crisis. Y es que a río revuelto, ganancia de especuladores.

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