El cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Antonio Cañizares Llovera (ahí es nada el titulito), viene a decir que es peor 40 millones de abortos que 2.000 niños abusados por curas irlandeses (2000 es el número oficial que judicialmente se puede probar, no la realidad, a buen seguro mucho más grave). Claro, en términos numéricos 40 millones es más que 2000, por lo que habría que darle la razón. En términos católicos, matar también es peor que abusar: a fin de cuentas, entre los 10 mandamientos cristianos, ninguno dice "no abusarás de niños a tu cargo". Si fuera la mujer del prójimo... Todo esto hace pensar que el señor del título irrepetiblemente largo no dice mayor barbaridad. Ahora bien, fuera de su lógica, que no es la única ni necesariamente la más respetable, comparar entre dos tipos de agresiones (si es que consideráramos el aborto una agresión) parece una gratuidad indignante y denigrante de las víctimas. Pero eso es algo a lo que están acostumbrados en la jerarquía católica, y ya pasarán 5 siglos antes de que pidan perdón por menudeces como la pederastia. Los planteamientos maniqueos, el autoritarismo moralista y la denigración por todo lo que escapa a su dominio es una constante entre esta gentecilla de sotana y crucifijo.
Si a mí me dijeran qué prefieres, matar a una mosca o pegar a monseñor... Hombre, como matar es peor que pegar, pues que peguen a monseñor. Pero, ¿tiene algún sentido este planteamiento absurdo? Peor aún, ¿tiene algún sentido la jerarquía católica?
A mí, la pena que me queda es que todavía no haya técnicas para practicar abortos con carácter retroactivo: ¿Se imaginan?
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