Dice Manuel Fraga, Mañolinho o Don Manuel, que juzgar el franquismo es un "disparate". Y estoy de acuerdo con él: llevamos años juzgando el franquismo y debemos dejarnos de zarandajas. Lo que hay que hacer es juzgar a los franquistas, algo que ya debiera haber ocurrido, pero... En vez de dar tanta lección exterior de modelo democrático a jóvenes y advenedizas democracias, podríamos haber cerrado una historia que el olvido se ha demostrado insuficiente para erradicar. Por qué lo iba a ser, ¿verdad?
Lo que no estoy de acuerdo con Fraga (bueno, en realidad en casi nada) es reducir la guerra civil y su secuela dictatorial a una "tragedia para ambas partes": mira, ahí no. Para él fue bien ventajoso y provechoso, así que entiendo que Don Manuel no quiera ser juzgado, pero un cómplice de delito es casi lo mismo que un perpetrador de delito. A partir de ahí, que cada palo aguante su vela.
1 comentario:
Pasa que determinados tipos de cabrones, como el susodicho manuel, prefiero a secas y sin "dones", va a llegar a tiempo de escaparse de aguantar su propia vela. Con todo,su palo (entièndase tanto el fálico, como su postura de homìnido erguido), ya van a la deriva. Incluso como franquista de pro, hay que reconocer que ha tenido suerte. Se le han pagado palos, se la han pagado velas y no ha dejado de cobrarlas, inundando de mares de sandeces varias, tan densas y tóxicas como el chapapote de su costa gallega...conste mi apoyo a la enmienda de sus matiz aclarador y preciso entre franquismo y franquistas.
Publicar un comentario