¿Hasta cuándo es sostenible el doblegamiento social para propiciar un crecimiento económico que, teóricamente, nos generaría un bienestar social cuando, en realidad, dicho doblegamiento no está provocando sino sólo eso: doblegarse, rendirse, ceder?
¿Cuántos metros cuadrados de infamia tendremos que ceder para que unos desalmados de cartera llena y lengua vacía se den cuenta que desde sus políticos puestos de gobernación y mando no están sino contribuyendo a uno de los mayores (si no el mayor) genocidio que haya tenido lugar nunca antes en la historia de la (in-)humanidad?
¿Por qué permitimos que los más radicales apologetas del neoliberalismo vivan a expensas de lo público, cuando su único fin es liquidarlo?¿No debiera la democracia protegerse también de aquellos políticos que, en su afán liberalizador, no hacen sino saquear arcas públicas para mejor distribución entre amiguetes privados? ¿Acaso no hace eso el Estado cuando se trata de cierto tipo de terroristas?
¿Cuántos metros cuadrados de infamia tendremos que ceder para que unos desalmados de cartera llena y lengua vacía se den cuenta que desde sus políticos puestos de gobernación y mando no están sino contribuyendo a uno de los mayores (si no el mayor) genocidio que haya tenido lugar nunca antes en la historia de la (in-)humanidad?
¿Por qué permitimos que los más radicales apologetas del neoliberalismo vivan a expensas de lo público, cuando su único fin es liquidarlo?¿No debiera la democracia protegerse también de aquellos políticos que, en su afán liberalizador, no hacen sino saquear arcas públicas para mejor distribución entre amiguetes privados? ¿Acaso no hace eso el Estado cuando se trata de cierto tipo de terroristas?