Para que tu chico tenga tantos orgasmos...

Canta Ismael Serrano: "Ya ves, a veces me canso de ser hombre..." Y cómo no, en estos tiempos que corren tan hipersexualizados, donde no tener 126 orgasmos por noche implica ser un fracasado; donde no tener 126 cm de "órgano vital" (más vital que el mismísimo corazón) supone ser un enano; donde no saber anatomía alfabética (punto G y zonas errógenas similares) es síntoma de analfabetismo; donde hay que adaptar el hogar para poder saltar como un tigre sobre la persona amada... aplastada, mejor.

Pero NO: el Kama-Sutra para profesionales está tan manido como el propio miembro titular del mismo, así como los diferentes artículos sobre técnicas para hacer feliz a tu pareja en un sólo golpe de ratón; el alargador de penes se me ha quedado pequeño, el quirófano es mi segunda casa y tengo una cámara frigorífica repleta de zumos de botox que ingiero mientras me depilo mi extensa masa velluda, no vayan a pensar mis muchas mujeres que soy un anacrónico y un retrosexual; las abdominales ya están más duras que el colchón de latex que compré para que mi espalda duerma en la posición idónea; total, como ya no fornicamos en la cama y a oscuras, como antes, sino que ahora lo hacemos a lo Michael Douglas, de pie y apoyados sobre cualquier pared mientras nos arrancamos a trozos las respectivas prendas íntimas... ¡Menudo presupuesto, oiga!

Canta Javier Krahe:

Y era lo del sexo harina de otro costal,
nos daban las orgías con polvos de corral.
Aquellos caliqueños serían de garrafón,
pero te corrías de un golpe de riñón.

Ahora el erotismo ya es parte del ajuar:
látigos, vibradores, ¡sabe Dios lo que hay que usar!
Varios amigos míos practican el coito anual
porque va de cráneo su vida sexual.

En definitiva, corren tiempos difíciles para la humanidad, por la crisis, sí, por la pérdida de valores (no bursátiles), también, pero sobre todo por el sexo, que pasa de placer, pecaminoso o no es otra cuestión, pero placer, para convertirse en tortura. Ahora veo una encuesta donde me entero que las prácticas sexuales con una componente de violencia cada vez adquieren más interés, y practicantes, sobre todo entre las mujeres. Tantos años de pisoteo, supongo que tendrán ganas de vengarse...

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Pues sí: a mi, como a Ismael, también a veces me cansa ser hombre. Ya lo dice el refrán, " de aquellos polvos..."